Vacaciones de Otoño: Stockholm

La última parada de nuestro viaje nos llevaría finalmente a Estocolmo. Desde Letonia cogimos el avión (Ryanair de nuevo, opción barata) hacia la capital de Suecia.

Tengo que decir que esta ha sido la ciudad que más me ha gustado de todas las que he visitado hasta el momento. Y no, no es sólo por que haya unas rubias de muy buen ver (aunque eso también ayuda :) si no por cómo es Estocolmo en sí: gente amable, calles llenas de vida, edificios históricos, islas...

Robert, Jorge y Matti observan la isla de Stadsholmen

Por desgracia Estocolmo no es una ciudad precisamente barata, por lo que sólo me he quedado una sola noche: 24€ noche/persona más 6€ sábanas en un hostal, por poner un ejemplo.

Sin embargo visitar la ciudad no resulta tan caro. A pesar de contar con una buena red de metro y buses urbanos, se puede llegar a las zonas más emblemáticas andando ya que todas se encuentran bastante próximas: el centro de Estocolmo no es más que un pequeño grupo de islas conectadas y en cada una de ellas algo que visitar.

Por ejemplo, en la isla de Kungsholmen visitar tanto el interior cómo el exterior del City Hall, lugar dónde se realiza la cena de gala de los premios Nóbel (no la entrega). Dicha cena se divide entre las salas llamadas Sala Azul y la Sala Dorada:

Jorge y yo en la sala azul (que era roja...)

En la isla de Stadsholmen podemos encontrar todo un centro histórico presidido por el Palacio Real:

Palacio Real

Y también el Gamla Stan (o ciudad vieja) donde merecía mucho la pena perderse...

Robert y yo en alguna callejuela del casco viejo

Sobre la famosa vida noctura que pueda tener esta ciudad no puedo decir mucho, pues el día que nos quedamos para dormir no era de los más propicios para la fiesta y la única discoteca/club donde entramos no estaba precisamente muy animada.

Aún así disfrutamos mucho del poco tiempo que estuvimos allí y, desde luego, pienso volver.

Despidiendo Estocolmo desde el barco