sábado, 27 de octubre de 2007

San Petersburgo, día 2: The Chemical Brothers

Aunque la noche anterior habíamos planeado levantarnos a las 10 para aprovechar bien el día y ver la ciudad, no sería hasta las 11 cuando por fin nos levantamos.

Tras desayunar té y pan de jengibre nos ponemos en marcha para visitar la Iglesia de la sangre derramada.



Por dentro, la verdad, es que es una iglesia un tanto peculiar: ni bancos, ni altar, tan sólo a una especie de santuario próximo a la entrada donde, teóricamente, fue asesinado el Zar Alejandro II. Aún así, no deja de ser una construcción muy espectacular, tanto por dentro como por fuera.



Salimos y acto seguido nos vamos a un pequeño mercadillo cercano a la iglesa donde poder comprar algún "souvenir". No hay prácticamente turistas y los vendedores, al vernos entrar, nos miran con ojos golosos y se frotan las manos. Encontramos de todo: desde cascos de pilotos de caza (que me tientan mucho) hasta todo tipo de Matryoshkas. Cualquier cosa vale. Arthur nos recomienda regatear, pues ya se sabe, los precios iniciales siempre están un poco por encima... pero finalmente dejo mis rublos en el bolsillo, no compro nada y continuamos el paseo.

Después de comer (fastfood como no) damos un par de vueltas por los centros comerciales: chicas por un lado, chicos por otro. Después de dar un par de vueltas por los comercios nos encontramos con un desfile de modelos: perdemos ahí todo el tiempo que nos quedaba de paseo :) (lo siento, pero por increible que parezca, nadie hizo ni una sola foto).

Ya son las 18:30 cuando nos reunimos todos otra vez. Es hora de ir al hostal y preparse, pues en hora y media comienza el espectáculo de verdad. He de decir, que aunque visitar esta ciudad estaba en nuestras cabezas desde que llegamos a Finlandia, la fecha escogida no fue por azar: es precisamente hoy cuando The Chemical Brothers vienen a San Petersburgo y no había que perder esta oportunidad.

Así fue como en poco más de una hora nos encontramos en el pabellón que acogería el concierto. Muchas colas, controles, más colas... pero por fin, dentro:



Y nos colocamos en medio del gallinero:



Calentamos los motores con un DJ, a modo de telonero, mientras esperamos ansiosos el comienzo del concierto. Son las 20:30 y el concierto todavia no ha comenzado. Empezamos ha estar un poco cansados del DJ. A las 21:00 todavía nada y ya estamos muy hartos del DJ. Pero al fin, alrededor de las 21:15 las luces se atenúan... el DJ se va... y ya está todo oscuro. La larga espera llega a su fin y sentimos los nervios del comienzo...

Aparecen por fin en escena Tom Rowlands y Ed Simons (el dúo de The Chemical Brothers) y comienzan de una forma espectacular, un tema potente: Galvanize. Aquí os dejo un video que encontré en youtube sobre ese primer temazo. La descarga de adrenalina que sentimos apartir del segundo 30 del vídeo fue espectacular...



La sincronización de la música con el juego de luces y los videos es genial. No importa que tan sólo dos tíos estén en el escenario pinchando (que de vez en cuando también hacen algunas bromas entre ellos) el espectáculo está garantizado. El concierto continúa con temas como Star guitar y el fantástico Hey boy Hey Girl que nos hacen saltar como nunca.



Dos horas más tarde, el concierto finaliza. Estamos exhaustos y sudoroso, después de saltar y bailar durante tanto tiempo, pero mereció la pena.



Inolvidable.

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